El plan europeo de reconstrucción
El plan europeo de reconstrucción es una excelente iniciativa de la Unión Europea que, sin embargo, se ha percibido con una óptica distorsionada por algunos sectores de la sociedad española, que se refieren a él casi en términos “berlanguianos”, si se me acepta ese palabro.
Este plan no es un maná gratuito ni una lluvia de millones incondicional, como la soñada por los vecinos de José Isbert en la famosa película de Berlanga, sino que requiere asumir compromisos, no siendo el menor de ellos una ejecución en tiempo y forma de los proyectos aprobados.
La Comisión Europea ha establecido un grupo ad hoc para gestionar el programa (https://ec.europa.eu/info/departments/recovery-and-resilience-task-force_en) y ha fijado las líneas básicas de las propuestas que deben remitir los Estados miembros, que, en línea con la orientación general del semestre europeo y de las prioridades políticas de la UE, son (https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/3_en_document_travail_service_part1_v3_en_0.pdf):
- Encender (Power up): tecnologías limpias y energías renovables
- Renovación (Renovate): dedicado a la eficiencia energética
- Recarga (Recharge and refuel): dirigida a medios de trasporte sostenible
- Conectividad (connect): 5G, banda ancha
- Modernización (Modernise): la enésima reforma de la Administración pública
- Ampliación (Scale-up): una economía de datos
- Perfeccionamiento (Reskill & upskill): educación y reciclaje de las personas
La Comisión Europea, incluso, ha facilitado a los países una “plantilla” para que presenten sus planes (https://ec.europa.eu/info/sites/info/files/3_en_document_travail_service_part2_v3_en_0.pdf).
Lamentablemente, no esperen encontrar esa plantilla en la información publicada por las autoridades españolas, más interesadas —por lo que parece— en un reparto geográfico de los fondos como compensación a aritméticas parlamentarias, o en repetir el conocido fracaso del Plan E, que no consiguió ninguno de sus objetivos y tuvo el efecto indeseado de agrandar la sima de la crisis anterior.
La industria española, y la siderurgia en particular, encajan perfectamente con algunos apartados en su esfuerzo por una descarbonización efectiva, que requiere mucho I+D e importantes inversiones posteriores, al tiempo que ahonda en el proceso de eficiencia energética y en una mayor digitalización y utilización más intensa de lo que la UE llama una “economía de datos”. Confiamos en ser tenidos en cuenta, tanto en el proceso de descarbonización, como en el desarrollo del proceso de digitalización y la utilización de la “economía de datos”. Desde UNESID hemos reiterado nuestra oferta de colaboración, pero sin resultados palpables más allá de las buenas palabras.
El Gobierno español, después de muchos tanteos, ha decidido que lidera o coordina la realización de la Oficina económica del Gabinete de Presidencia que, obviamente, carece del aparato administrativo necesario para diseñar, ejecutar y supervisar un plan tan ambicioso, como el Plan Europeo de Reconstrucción. Por ahora, y a pesar de declaraciones grandilocuentes, la transparencia en los trabajos brilla por su ausencia. Confiamos en no tener que esperar a la página web de la Comisión para conocer las propuestas españolas…
Ver publicación original en: https://unesid.org/blog/plan-europeo-reconstruccion/