Me gustaría poder decir que llegué a la siderurgia por un flechazo, pero no fue así; más bien fue el acero quien vino a mí y me fui enamorando según iba conociendo el sector siderúrgico.
Mis primeros pasos
A los 18 años no es fácil seleccionar una carrera universitaria que, de alguna manera, vaya a determinar tu entrada en el ámbito laboral. En mi caso, era de los que no tenía claro qué carrera estudiar y me decidí por la ingeniería, por las salidas laborales que ofrece. Además de las competencias técnicas que se desarrollan, una ingeniería te permite aprender y trabajar en ámbitos muy amplios, ayuda a desarrollar un pensamiento crítico y orientado a encontrar soluciones e innovar.
¿Cómo fue mi acercamiento a la metalurgia?
Mi primer encuentro con el sector del acero lo sitúo durante el último año de grado, cuando tuvimos la oportunidad de realizar una visita a la planta de Fagor Arrasate, empresa que provee de soluciones a la industria del acero. El corte y bobinado de las chapas de acero despertó en mí la curiosidad por los procesos de fabricación y usos de este metal. Me gustó aquello que vi, aunque no fui consciente de la dimensión de esta industria hasta pasado un tiempo.
Influido por el entorno —en el País Vasco existe una gran tradición industrial, con numerosas empresas ligadas a la producción y transformación del acero—, decidí realizar un master especializado en materiales y procesos de fabricación. Al acabarlo, tuve la oportunidad de realizar la tesis en el Ceit, un centro de investigación asociado a la Universidad de Navarra, con una relación muy estrecha con la industria siderúrgica. En ese momento es cuando me adentro de verdad en este mundo y empiezo a entender los complejos procesos físicos que están detrás de cada comportamiento del material, observando que mi trabajo aporta soluciones a la empresa y esto, junto con un entorno de trabajo muy favorable, hace crecer en mí el “gusanillo” de la investigación en aceros.
¿Cómo es mi día a día dentro de esta industria?
Actualmente desarrollo mi carrera profesional en el mismo grupo de investigación en el que realicé la tesis doctoral, el grupo de Procesamiento Termomecánico de la división de Materiales y Fabricación de Ceit. Mi actividad investigadora se centra principalmente en la modelización de la evolución microestructural, teniendo como fin la búsqueda de la relación existente entre microestructura, parámetros de proceso y propiedades mecánicas. El Ceit es un centro de investigación que colabora estrechamente con diferentes empresas nacionales e internacionales del sector para aportar soluciones a medida en cuanto a la obtención de nuevas calidades, control avanzado de los procesos, etc.
Expectativas del sector y oportunidades profesionales
No soy ningún experto en el sector pero basta con mirar la evolución de la producción mundial para ver que en el futuro se seguirá necesitando acero; un material presente prácticamente en todo lo que nos rodea, desde modestas bicicletas o patinetes hasta un sinfín de elementos que utilizamos a diario.
Además de ser un sector que produce un material básico para la sociedad, esta es una industria alineada con la transición ecológica y completamente comprometida con ella, por lo que su futuro parece prometedor.
En estos momentos, las empresas siderúrgicas de todo el mundo se enfrentan a una escasez de talento en campos como la metalurgia, la física, la química y las matemáticas. Este sector requiere graduados de diferentes disciplinas y necesita atraer y retener talento joven para impulsarlo. Las empresas siderúrgicas pueden ofrecer carreras y retos desafiantes y gratificantes, a menudo en un contexto internacional, con oportunidades para viajar y relacionarse con distintas culturas.
Para finalizar, animo a los futuros graduados, ya sean ingenieros, físicos, matemáticos, programadores, químicos, economistas… y muchos otros, a acercarse al sector del acero, que necesita talento de todo tipo, desde doctores a abogados, y sin olvidarnos de la formación profesional de casi cualquier ámbito del conocimiento que tienen cabida en la siderurgia. Este es un sector en constante desarrollo, involucrado en atractivos retos que, con seguridad, transformarán la industria y la sociedad del siglo XXI.
Unai Mayo