Desde el 1 de enero las operaciones con Reino Unido han dejado de considerarse intracomunitarias. Esta circunstancia ha obligado a los operadores económicos a familiarizarse con un nuevo régimen comercial, lo que ha supuesto adaptar múltiples procedimientos, como por ejemplo la liquidación del IVA en el momento de la importación y que junto otras formalidades y los controles aduaneros han provocado un retraso en las operaciones logísticas después de casi 50 años sin afrontar apenas trabas administrativas
Este nuevo “statu quo” ha influido en los intercambios comerciales de productos siderúrgicos y primera transformación entre España y el país anglosajón, lo que ha consolidado la tendencia que ha seguido el comercio desde el Referéndum de 2016.
Importaciones
En el primer mes del año se importaron en España algo más de 9.000 toneladas procedentes de Reino Unido, lo que supone un histórico retroceso del 61,5 % en comparación con enero de 2020 (véase G1) y que fue similar a la contracción del comercio de mercancías entre los dos bloques como reconocen las propias autoridades británicas.
Tras el caos inicial del fin del periodo transitorio, el volumen de importación se normalizó en febrero al superar las 30.000 toneladas, nivel similar al de marzo y abril. De este modo, entre enero y abril se han importado en total unas 104.000 toneladas de Reino Unido, lo que implica un descenso del 6,8 % en comparación con el año anterior (G1).
Exportaciones
Las exportaciones, por el contrario, han seguido otro patrón al adelantar la caída inicial a diciembre de 2020 y que coincide con el confinamiento aplicado por el gobierno de Johnson en los últimos días de Navidad. En el último mes del ejercicio (y del periodo transitorio) se exportaron casi 15.100 toneladas, lo que representa una caída anual del 69,1 % hasta uno de los niveles más bajos de los últimos 20 años.
En 2021 la actividad exportadora se recuperó progresivamente en línea con el repunte del comercio mundial, al pasar de un ascenso del 3,6 % en enero al 104,4 % en abril. Como resultado, en los primeros cuatro meses de 2021 se han exportado en total casi 185.000 toneladas, lo que refleja un incremento del 30,8 % sobre el año anterior.
El brexit y el impacto de la COVID-19
En los últimos meses se pueden apreciar las primeras señales de recuperación en el comercio bilateral de productos siderúrgicos entre España y Reino Unido, un indicio de la capacidad de adaptación de los agentes económicos a pesar del caos inicial de los efectos del brexit.
Esta mejoría no debe ocultar, sin embargo, el bajo nivel en el que aún se encuentran tanto las exportaciones como las importaciones (G2), especialmente si tenemos en cuenta la contracción del comercio internacional en 2020 que provocó la pandemia[2].
La situación sería incluso peor en el caso de las exportaciones (GR1) al comparar el volumen actual con el de los cuatro primeros meses de 2019 (-16,7 %) y de 2018 (-18,0 %), lo que se traduce en una pérdida de unas 40.000 toneladas.
En UNESID seguiremos vigilando la evolución comercial, por si se produjera un incremento de las barreras no arancelarias o la imposición de nuevos controles aduaneros. Sólo el tiempo y los datos esclarecerán los efectos del brexit y el impacto de la desintegración económica.
[1] Este tratado, aunque ambicioso, ha supuesto la salida del país anglosajón del mercado único y la unión aduanera comunitaria, lo que se traduce en el fin de la libre circulación de mercancías por la imposición de procedimientos y controles aduaneros en ambos lados del canal.
[2] No podemos olvidar que en abril de 2020 las medidas de confinamiento aplicadas por los distintos países llegaron a afectar a casi la mitad de la población del planeta, lo que ha provocado en el primer semestre de 2020 un desplome de la actividad económica y un colapso del comercio mundial por las restricciones a la actividad sólo comparable a periodos bélicos.
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