Rusia ha empezado la guerra invadiendo Ucrania. Me van a permitir que, por ahorrar golpes a las teclas, cuidar el lenguaje y respetar la verdad, no use el término “operación militar especial” acuñado en Rusia con ecos soviéticos. Ahora parece que va a cambiar el mundo, pero de momento voy a evitar equivocarme mucho y no haré grandes pronósticos. Lo que sí parece es que la “autonomía estratégica abierta” de la UE (otro término casi soviético), que empezó no significando nada y después se aplicó al material sanitario y los microprocesadores, va a tener que servir para definir al menos la política europea de energía, materias primas y seguridad.
Me centro por tanto en las relaciones comerciales con respecto a la siderurgia. Solo con la situación de hoy, 28 de febrero (expulsión parcial del SWIFT, bloqueos de activos, aislamiento del banco central, cierre de espacio aéreo, desplome del rublo y los mercados rusos…), queda claro que el comercio con Rusia va a reducirse mucho. También sufre el comercio con Ucrania, no por falta de voluntad de la Unión sino por lo difícil que les va a resultar poder operar en esta situación.
Importaciones de acero desde Rusia y Ucrania
Empezando por los productos siderúrgicos y de primera transformación, España apenas importa de Rusia el 1% de todas nuestras importaciones, y otro 1,5% de Ucrania. Pero en el caso ucraniano las importaciones están enfocadas a las chapas cuarto y suponen el 25% del total, por lo que en eso sí es probable que se encuentren interrupciones. Es muy distinta la situación europea: la Unión, en 2021, ha importado 9 millones de toneladas de Rusia, la mayor parte semiproductos planos (3,8 millones) y bobinas laminadas en caliente (2 millones). Son el 60% y el 22% de las importaciones totales de cada una de las categorías. Si se añaden las importaciones de bobina y de chapa cuarto desde Ucrania, parece que los productos planos laminados en caliente sí van a notar esta crisis en el Continente. Será posible encontrar alternativas en el mercado mundial, pero desde luego inicialmente se producirán inconvenientes.
Importaciones de materias primas siderúrgicas desde Rusia y Ucrania
En el caso de las materias primas, nos encontramos en una situación parecida. La UE importa 16,5 y 10,5 millones de toneladas anuales de mineral de hierro desde Ucrania y Rusia, el 29% del total de importaciones. También 1,6 millones de toneladas de prerreducidos de Rusia, el 57% del total. Aquí, España apenas importa mineral de hierro ruso, pero sí el 85% de sus necesidades exteriores de prerreducidos.
Se puede concluir entonces que la Unión Europea está bastante expuesta a las importaciones desde Rusia y Ucrania de productos en la parte inicial de la cadena de valor del acero y que son, en su mayoría, transformados después. Al existir capacidad suficiente en el mundo y ser de poco valor añadido, será posible sustituirlos pero desde luego con dificultades en la fase inicial. En España la dependencia es mucho menor, pero el carácter global de nuestro sector hará que los movimientos del mercado se noten también aquí, en nuestro país. En cualquier caso, los que sufren de verdad la “operación militar especial” (vaya, quería decir la guerra) son los ucranianos y es a ellos a quien hay que compadecer y apoyar.
Alfonso Hidalgo de Calcerrada