Las grandes tendencias actuales como la #descarbonización, la #economía circular o la #digitalización, están ofreciendo innumerables posibilidades para el desarrollo de carreras profesionales en los ámbitos industriales.
El sector siderúrgico está creando una amplia variedad de oportunidades dedicadas a perfiles STEM (del inglés Science, Technology, Engineering and Mathematics), con el objetivo de colocarse en la vanguardia de la innovación tecnológica. Comienza así una feroz competición con otros sectores emergentes —quizás más atractivos a priori para las nuevas generaciones—, en busca de los mejores profesionales.
El sector del acero no está dispuesto a renunciar al mejor talento. Para ello, ha puesto en marcha diferentes iniciativas para concienciar hacia la vocación y formación en áreas STEM. Proyectos como #IndustriaErronka, ESSA (European Steel Skills Agenda) – siendo UNESID uno de los socios de la iniciativa – o el #Room4Steel son claros ejemplos en los que se trata de trasladar el contexto industrial a los centros educativos superiores, de manera que se fomenten las habilidades que serán más demandadas en el futuro.
Este tipo de actividades que ofrece el sector tienen que estar precedidas por otras desarrolladas en edades más tempranas. Numerosos centros educativos ya están trabajando en el desarrollo de competencias como la creatividad o el trabajo en equipo a través del método científico; y resulta increíble como alumnos de primaria son capaces de llegar a conclusiones de relevancia participando en ecosistemas de aprendizajes sencillos y dinámicos.
Por supuesto, las Universidades están continuamente fomentando la cultura científica, tecnológica y de la innovación, desde las aulas hasta los programas de doctorado, donde los alumnos se enfrentan a investigaciones pioneras, obteniendo resultados de gran valor no sólo en lo referente al aspecto técnico, sino de autoaprendizaje en metodologías más transversales.
Todo este tipo de iniciativas tienen un papel clave en la atracción del talento y más específicamente en la atracción del talento femenino o mujeres STEM a los entornos industriales y concretamente al sector acero —donde históricamente los puestos técnicos han esto asociados al género masculino—, y en el que la rampa de entrada debe ser impulsada.
En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, queremos señalar que las mujeres que apostamos en su momento por dar el paso e incorporarnos al sector siderúrgico, donde aportar nuestro conocimiento STEM particular, tenemos la posibilidad de participar en proyectos nacionales e internacionales en colaboración directa con las diferentes áreas productivas, lo que sin duda puede resultar de gran interés para las nuevas generaciones a quienes animamos a formar parte de este gran equipo.
Diana Mier Vasallo